Al momento de definir que son los trastornos del aprendizaje (TA), hay que considerar que cada persona tiene un ritmo propio para asimilar los aprendizajes. Dentro del aula, nos encontramos con distintos tipos de niños: brillantes, que aprenden y asimilan los conceptos rápidamente y con facilidad; “normales”, que aprenden al ritmo esperado y con las dificultades típicas; niños a los que aprender y asimilar los conceptos les supone una mayor dificultad que a los demás, pero que con un mínimo esfuerzo/tiempo suplementario llegan a superarlos sin problemas.
Así mismo, nos encontramos con niños que presentan trastornos en el aprendizaje manteniendo necesidades persistentes y graves para asimilar determinados conceptos académicos.
La definición más utilizada de trastorno del aprendizaje es la incapacidad persistente, inesperada y específica para adquirir de forma eficiente determinadas habilidades académicas y que ocurren a pesar de que el niño tenga una inteligencia normal, siga una escolarización adecuada y su entorno socio-cultural sea favorable.